José Guadalupe Robledo Guerrero / El periódico de Saltillo
05 Febrero 2021
Con los enroques realizados en el Gobierno de Coahuila,
derivados de la candidatura de José María Fraustro Siller a la presidencia
municipal de Saltillo, parece que retornamos en el tiempo al sexenio de
Humberto Moreira Valdés.
Las caras de entonces vuelven a aparecer juntos en el
escenario público, tal es el caso de Fernando de las Fuentes Hernández,
convertido hoy en secretario de Gobierno del Gabinete estatal; Jericó Abramo
Masso, Enrique Martínez Morales y Óscar Pimentel González, quien ya empieza a
sacar la cabeza para buscar un cargo en donde aterrizar cuando Manolo Jiménez
Salinas deje la alcaldía saltillense.
El título de este comentario, hace años era el grito de
hartazgo de los coahuilenses pensantes y más politizados, pues los júniors de
aquel entonces (padres de los júniors de ahora) aparecían en todos los cargos
públicos, en todas las candidaturas, lo mismo que ahora sucede con los hijos de
aquellos, cuyos padres medraron en las nóminas y dineros públicos durante décadas.
Fernando de las Fuentes es hijo del exgobernador José de la
Fuentes Rodríguez “El Diablo” (1981-1987), aquel que no fue derrocado por sus
adversarios políticos, gracias a que se atravesó el Movimiento Pro
Dignificación de la UAdeC que derrotó a los enemigos de “El Diablo”. Por eso,
aún recuerdo al “Diablito” Fernando de las Fuentes, echándole porras a Óscar
Villegas Rico (enemigo de su padre) el día que tomaba posesión el sucesor de
Villegas.
También es cierto que la notabilidad del “Diablito” de las
Fuentes no solo se debe a que es hijo del exgobernador, también él ha puesto lo
suyo en la obtención de sus cargos públicos, y por tal razón con sus acciones
se ha ganado que lo tomen en cuenta, a eso en la politica a la mexicana se
llama: pago de facturas.
El “Diablito” de las Fuentes siempre hizo lo suyo, contar
chistes a los poderosos es una de sus principales facetas exitosas, pero
también su docilidad y obediencia con el poder son conocidas, pues siempre está
dispuesto a hacer lo que sea con tal de trepar al lugar que más le convenga
para disfrutar de los privilegios de la
“institucionalidad”.
Tal fue el caso en 2011 cuando como líder del Congreso
estatal, el “Diablito” reconoció la deuda bancaria de Coahuila, lo cual fue un
factor de peso para que la Procuraduría de Justicia del Estado desechara las
acusaciones contra exfuncionarios estatales, entre ellos al propio exgobernador
Humberto Moreira Valdés.
Por esta acción “institucional”, a Fernando de las Fuentes
se le debía una factura política por el servicio de legalizar la deuda
coahuilense, conocida como megadeuda, que ahora es mayor que en el 2011. Pero
hay quienes piensan que ese favor del “Diablito” ya fue pagado con creces,
entonces la Secretaría de Gobierno es harina de otro costal, del que no sabemos
qué contiene.
Lo cierto es que nuevamente vuelvo a invocar aquel
angustioso llamado de: “Los mismos ya no”, pero seguramente nadie escuchará,
como tampoco lo hicieron en el pasado…