Rosa Esther Beltrán Enríquez / Horizonte Ciudadano
05 Febrero 2021
Esta semana, en los diarios europeos se publicó una noticia
insólita, rara, el hecho se refiere a una crisis producida por un hermoso
animalito, el visón, el que aparentemente, al contraer el virus del Covid-19,
éste muta en otros tipos de virus también mortales, hecho que ha obligado al
gobierno socialdemócrata de Dinamarca a decretar el sacrificio de al menos 17
millones de visones hecho que ha indignado a la población.
Lo criaderos de estos animales son numerosos entre los
daneses, ya que sus pieles son codiciadas para la fabricación de prendas de
vestir que están en auge, a pesar de que han surgido organizaciones sociales
contra la violencia hacia los animales que exigen que se detenga esa industria
que produce chaquetas, gorras, abrigos, zapatos, bolsos, estolas, entre otras
prendas.
Dinamarca no es la única, en los Países Bajos y España
también existen criaderos de visones y se han propagado los contagios del nuevo
virus causando la muerte de al menos 200 personas.
No son sólo los visones, la organización protectora de
animales estima que también son criados, conejos, zorros, mapaches y otras
especies cuyas pieles son codiciadas y pueden llegar hasta 95 millones de
presas, esto sucede en Europa sobre todo en los países escandinavos, esa parte
del planeta que presume de ser la más “civilizada”.
Los protectores de animales aducen que es urgente poner fin
a la industria de pieles, porque los peleteros mantienen a sus presas,
amontonados en jaulas, están condenados a la inmovilidad. Vegetan y desarrollan
desórdenes de comportamiento que pueden incluso llevar a la automutilación o al
canibalismo. Aunque hay que aclarar que en varios países europeos se han
prohibido las granjas para la producción de pieles, es el caso de Austria,
Eslovenia, Gran Bretaña, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Macedonia.
Alemania o Suiza, han promulgado duras reglamentaciones que hacen que la cría
de visones, zorros o mapaches sea económicamente inviable.
China es el país más importante del mundo en cuanto a
criaderos de animales, los mantiene en condiciones deplorables y no existe ahí
ninguna norma que los proteja.
Los industriales peleteros se defienden con el argumento de
que las pieles son un material de alta sustentabilidad, es duradera y
biodegradable y contra ese argumento los protectores de animales sostienen que
la sustentabilidad es gracias a los dañinos tratamientos químicos a las que son
sometidas.
Se visualizan los
argumentos encontrados de los peleteros y los protectores de animales, no
obstante, las pieles de serpientes, de cocodrilos y lagartos siguen cotizándose
alto en el mercado, a pesar del daño que provoca su posible desaparición, ya
que cumplen un papel importante en la naturaleza, contribuyen a la
biodiversidad y al equilibrio de los ecosistemas.
Es importante señalar que el virus mutante del coronavirus
lo llaman Cluster 5 y ha causado alarma entre la población danesa porque tiene
potencial, hasta ahora hay 13 casos de contagiados por ese virus por lo que las
autoridades están actuando con celeridad para que la población contagiada no
aumente y que no se generalicen los infectados.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de
Enfermedades (ECDC), desde abril de 2020, cuando se informó de la primera
infección por SARS-CoV-2 en los Países Bajos en un visón y posteriormente en un
trabajador agrícola de visones, se ha establecido que puede producirse la
transmisión de humano a visón y de visón a humano. Desde entonces, se han
notificado infecciones en visones en Dinamarca, Italia, España, Suecia y Estados
Unidos”, sostiene el Centro de Previsión.
El ECDC aduce que la cantidad de infecciones que pueden
ocurrir en una granja de pieles implican que “el virus puede acumular
mutaciones más rápidamente en los visones”.
Estos hechos nos colocan frente a problemas y situaciones
imprevistas que el coronavirus puede provocar, las autoridades de salud deben
estar alertas.